Hay algo que me encanta de las medias estaciones, no solamente el hecho del clima, de que esté más templado, más agradable que en verano e invierno que son como estaciones más extremistas. Aunque el otoño es un descanso del calor del verano, es verdad.
Ahora lo que me gusta de las medias estaciones, es como uno puede encontrar parecidos en ellas, con la realidad misma. El otoño es la estación en la que las cosas caen, todo lo viejo muere, la que deja lugar a nuevas cosas, nuevas ideas, nuevas experiencias en fin... cosas, en general, nuevas. Si bien a veces se interpreta, por esto mismo, como una estación triste, a mi me parece que sin ella la primavera, en la cual todo florece, no sería posible. Es como que lo viejo le da paso a lo nuevo, lo que ya tuvo su tiempo, le deja el lugar a otras cosas que van a crecer.
Tiene su encanto ver a las hojas preparándose para caer, hay que decir, que por más que a algunas personas le resulte deprimente, tiene su paisaje pintoresco.
Igual, por más charla que haya, mi estación favorita sigue siendo la primavera. Cada vez que llega siento que la extrañé y me encanta la forma en la que los árboles y las flores que sólo contaban con hojas, se llenan de color y de vida. Como lo nuevo comienza a tomar forma. A veces siento que la primavera define más a lo joven. Pero me parece que son sólo delirios.
De todas maneras, en un par de días confío, el calor se va a ir. Cambiaré el vestido por el tapado. Apagaré el ventilador y prenderé la estufa y tendré un Otoño/Invierno lleno de frazadas, gorritos, abrigos y té, mucho té, que es la cura de todo.♥
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